Hasta donde sé, desde la publicación de Singularidades en 2006 no había vuelto a aparecer un texto que asumiera de forma tan directa y exhaustiva las condiciones creativas de la poesía última española. Todo un intervalo, si consideramos que en estos últimos años se ha experimentado una transformación estructural definitiva, como parte de un proceso de especialización y apertura que debe mucho al empeño y la buena labor de editoriales y grupos críticos más o menos independientes. Pero también a la ampliación del gusto de lectores y escritores (en ocasiones, lo mismo) y al uso normalizado de las nuevas tecnologías. Uno de los aspectos más importantes a este respecto, junto con la consolidación de un aparato de festivales y encuentros literarios nacionales, para la visibilidad y promoción de las nuevas propuestas.
Teniendo esto en cuenta, la principal motivación de este estudio es la de sistematizar, aunque sea de manera provisional, la pluralidad y diversidad que aportan estas poéticas a un contexto que desde hacía al menos diez años resultaba muy poco productivo en términos de creación e investigación estética, pese a la proliferación de premios y publicaciones de sus protagonistas. Sin darle más importancia a la clasificación que Rodríguez-Gaona realiza sobre las nuevas propuestas (poetas neosociales, de la indeterminación del lenguaje, etc.), que junto con la nómina de escritores seleccionados resulta la parte más problemática de su discurso, lo cierto es que Mejorando lo presente constituye una de las miradas más ambiciosas y documentadas que han acometido la complejidad de las prácticas actuales. Bajo mi perspectiva, el principal acierto de este estudio lo encontramos en la lectura en clave relacional que Gaona realiza sobre los distintos hechos y factores históricos (desde el impacto del crecimiento demográfico a los últimos avatares políticos, tanto locales como globales) que de un modo u otro condicionan la totalidad de esta producción poética. A lo que él añade, además, la importancia de la integración de las nuevas tecnologías por su papel como vehículo alternativo para la cobertura de estos autores, pero también como sustrato creativo para la exploración y la innovación a partir de textualidades, territorios y lenguajes diferentes.
Siguiendo esta línea, Rodríguez-Gaona propone como nexo entre estos poetas una preocupación explícita por el lenguaje y el cuestionamiento de los límites de lo artístico; apuntando al mismo tiempo “una nueva relación entre el creador y el público” y una forma distinta de trabajo con lo verbal, que puede ir desde la performance a la creación (bajo demanda) en blogs y espacios digitales, intervenciones públicas, etc. Superando de este modo el formato tradicional del libro y proponiendo otro tipo de experiencias, digamos, poliestéticas. Por supuesto, no podemos obviar las conexiones de este tipo de propósitos con las Vanguardias históricas, aunque siempre haya que evitar, porque se está convirtiendo en un tic crítico, utilizarlas como único argumento a la hora de abordar propuestas experimentales más o menos innovadoras.
[1] La Posmodernidad como contexto / la gestación de una nueva sensibilidad
Según apunta Rodríguez-Gaona, en estos últimos años se ha alcanzado la gestación definitiva de una nueva sensibilidad estética que contiene en sí misma las distintas soluciones que estos autores han dado a un sentimiento compartido de independencia creativa respecto al hecho poético. Algo que, como él mismo apunta, vendría motivado por las distintas formas de relación que éstos mantienen con la Posmodernidad y, más concretamente, con su categoría estética derivada, el posmodernismo. Es más, no se trataría tanto de una serie de casos aislados como de un determinado clima de época: la óptica que modula el acercamiento y el propio trabajo de estos poetas con su legado cultural (aparecen genealogías que anulan cualquier atisbo generacional, grupal o nacional), la superación del tratamiento de la ciencia como referente o anécdota, es decir, una aproximación a la ciencia dotándola de criterio estético, o la neutralización de lo pop más allá de su aprovechamiento irónico.
En este punto, habría mucho más que decir sobre la actualidad y operatividad de una categoría como el posmodernismo en relación a algunas de las propuestas estéticas que se señalan en este libro (pienso en los casos de Manuel Vilas, Agustín Fernández Mallo o Vicente Luis Mora); si bien me gustaría llamar la atención sobre otro de los aspectos que aquí se apuntan y que tiene mucho que ver con lo que Rodríguez-Gaona dispone de manera más amplia en la tercera parte de su ensayo. Las importantes transformaciones que los nuevos medios están causando en el marco de la creación poética, donde apenas podemos encontrar apuestas verdaderamente relevantes, pero donde sí comienza a haber indicios de cambio; sobre todo en relación a determinadas cuestiones “periféricas” como las nociones de autoría, gestión y distribución de los textos a través de la red y sus canales de difusión y distribución.
Ahora bien, tal vez habría que matizar el tipo de producciones que pueden tener lugar en estos nuevos contextos, pues por un lado tendríamos la literatura digital propiamente dicha, que está muy próxima al net-art (o lo es directamente) y, por otro, la literatura de las nuevas tecnologías, que es la que integra de manera estructural la lógica de estos medios para darle solución creativa. En otras palabras, la incorporación de las nuevas tecnologías en calidad de sustrato creativo y no necesariamente de manera temática o anecdótica. Lo cual, como sabemos, forma parte de un debate en pleno desarrollo, pero que por sí mismo demuestra cierto posicionamiento estético: el de tratar de acomodar las prácticas actuales a la renovación digital, en palabras de Shu Lea Cheang. Por eso este ensayo supone todo un intento por actualizar la crítica literaria española, demostrando además un extenso conocimiento de estos asuntos y aportando multitud de datos, referencias y estadísticas que finalmente vienen a corroborar la posibilidad de un cambio de paradigma.
[2] Frentes comunes: hacia una estética “Yes, we can”
Es justo hacia el final de este discurso donde Gaona, que apuesta por una buena gestión futura de los recursos tecnológicos, apunta la consecución de un Nuevo Humanismo al que se llegaría a partir de un uso social y participativo de las nuevas tecnologías (la creación de comunidades de lectores y autores como “resistencia a la anomia de las sociedades posindustriales”). Avanzando un programa de acción sociocultural que, como señala, debería partir del diseño de un “circuito paralelo o una escena contracultural literaria, apoyada en lo digital”. Y cuyo reto podría ser el de dar soluciones eficaces al potencial formal y mercantil que ofrecen Internet y las nuevas tecnologías, sin por ello descuidar lo artístico. Es decir, sabiendo “encaminar la actividad literaria hacia la búsqueda y la difusión del saber más allá de las universidades […] Contribuyendo activamente, como escritores, lectores y ciudadanos […] a que la búsqueda del bien y el compromiso comunal vuelvan a ser valores prácticos en las sociedades contemporáneas.” En definitiva, la optimización e implementación de las redes digitales desde un enfoque participativo y social donde primen tanto lo artístico como el sentido común, las buenas prácticas.
Muy buena reseña, Jara. Me gusta sobre todo que resaltes las posibilidades tecnológicas que para la poesía reconoce este libro, y el que, en cierto sentido, pese al surgimiento de nuevos poetas, todavía «no hay nada escrito». Esperemos que tenga el eco que se merece.
Gracias por el comentario, E. Lo mejor es que muchas de las ideas que se lanzan en este libro son también extensibles a la práctica narrativa. Me refiero a la relación que se establece entre escritura (en este caso, poesía) y nuevas tecnologías. Eso es un gran acierto.
Un abrazo,
Jara
Buen libro el de Gaona. En el blog Mi reino por un caballo de Caballo de Troya, caballodetroya.megustaescribir hay un post, Arte sin artistas que parece teorizar indirectamente la postmodernidad de la que habla Martin.
Gracias Ada. Voy a leerlo ahora
abrazos
Jara
Disculpen el asalto y el autobombo, pero es que cuando se vive y e publica en la periferia la visibilidad es nula. En 2007 publiqué en edicionesd IDEA (www.edicionesidea.es) Islas en la Red, anotaciones sobre poesía en el mundo digital, en el que creo que se tratan bastantes de los temas que mencionas en esta entrada. Pueden acceder a la versión en pdf del libro aquí:
Haz clic para acceder a islasenlared.pdf
Todo esto sin perjuicio de lo méritos del libro de Gaona, que estoy loco por echarle un buen vistazo. A ver si lo consigo, porque otra de las dificultades isleñas es la muy escasa distfribución de los libros de editoriales modestas (pero muy meritorias). Un saludo.
Hola Daniel, muchas gracias por pasar por aquí y dejarnos la referencia de tu libro. Espero que puedas hacerte pronto con el libro de Gaona, fundamental para algunas de estas cuestiones.
Un abrazo
Jara