El humorista es un moralista que se disfraza de sabio
Henry Bergson
Con la rentrée editorial coincide una nueva temporada crítica en Afterpost, y una de sus propuestas más peculiares es la ópera prima Hilo musical de Miqui Otero. Varias son las razones. La primera de ellas tiene que ver con el tono desvergonzado y divertido de su escritura, ya que –y para que quede bien claro desde el principio- esta novela trata de recuperar la comicidad como motivo estético, para que el humor no parezca algo insustancial y ajeno a la literatura. La otra es que, para alcanzar tal objetivo, su autor aprovecha sin complejos todo tipo de referencias culturales (sobre todo musicales, aunque sin olvidar tampoco las literarias o la determinante influencia de los mass media y la publicidad). El resultado es un libro que va más allá de lo ameno, pues, mediante la carcajada, termina por establecer una conexión directa con el lector. La risa como espacio compartido entre autor, personajes y lector. Así es la sencilla narrativa que crea Miqui Otero, donde juega con ciertos tópicos de nuestra cultura, desubicando sus códigos hasta restarles importancia y mostrarlos ridículos. Y, sin embrago, conseguir esto, es más serio de lo que parece. Lee el resto de esta entrada »