espacio de crítica literaria y cultural

Agustín Fernández Mallo & «Nocilla Experience» (2.1)

In Agustín Fernández Mallo, Uncategorized on marzo 14, 2008 at 9:48 am

(viene del post anterior)

wireless-redNocilla Experience es la última novela de Agustín Fernández Mallo, que hoy vive su consagración como uno de los creadores más interesantes del panorama nacional. Junto con Nocilla Dream, publicada en 2006, y Nocilla Lab, de próxima aparición, conforma el llamado Proyecto Nocilla, en el que el autor ha intentado llevar al terreno de la narrativa su estética postpoética, que dejó explicada en un artículo llamado Hacia un nuevo paradigma: poesía postpoética.

Comprendemos como la estética de lo artificial afecta a Nocilla Experience igual que a Nocilla Dream, quizás solventando una carencia que Agustín Fernández Mallo nos desvela en dicho artículo: “existe un pulso emergente (…) a considerar la ciencia como la nueva y legítima poética del siglo que ahora comienza. (…) Una mayoría de la poesía publicada –al menos en castellano- parece no haberse enterado del cambio operado no sólo por el resto de las artes antes descrito sino por el conjunto de lo que damos en llamar sociedades técnico-desarrolladas.” Del texto se infiere que la literatura permanece aislada de la demás artes, ensimismada en su propia autonomía. Se hace así honor a un espíritu del pasado, cuando se podía distinguir entre artes espaciales y artes temporales, como hizo Lessing, antes de la aparición de los productos mixtos e interdisciplinares. Pero hoy con el cine, el arte digital o las artes escénicas, se han superado las limitaciones de las clasificaciones tradicionales, y artistas como F. Mallo se inclinan sensiblemente por el contagio y la hibridación.

Desde un punto de vista convencional, Nocilla Experience se relaciona con el arte a través de la écfrasis, igual que tantas novelas. cuerpo-humanoComo hace veintiocho siglos Homero nos describiera el escudo de Aquiles, Fernández Mallo inventa arte a través de la palabra, así como introduce écfrasis de objetos reales gracias al apropiacionismo de textos críticos. Habitualmente por écfrasis se ha entendido la representación textual de pinturas, esculturas o dibujos, a través de la descripción y/o el relato explicativo que permanece periférico, exterior a la imagen comentada, seleccionando lo que el cuadro excluye, como nos dice Riffaterre. Pero ¿qué sucede cuando la obra se vuelve artística sólo cuando la acompaña un discurso legitimador? Tal es el caso de la exposición Körperwelten que se nos relata en Nocilla Experience (25): “en la exposición se exhibieron 200 partes corporales y figuras de tamaño natural. No eran exactamente esculturas ni cuerpos moldeados convencionales. Se trataba de cadáveres humanos de verdad, o partes de cuerpos reales”. Lo cierto es que la Körperwelten se vio inmersa en una intensa polémica pues mucha gente se negaba a reconocer arte en cuerpos humanos plastinados. Entonces la relación de dependencia de la obra con sus mecanismos de legitimación (entre ellos, el discurso) se volvió total. Sin ellos, la obra no se consideraría arte, y por tanto, los necesitaba para ser. Por eso, cuando la novela de Fernández Mallo reproduce estas écfrasis legitimadoras, establece una relación necesaria con la Körperwelten, pues la Körperwelten, sin los mecanismos legitimadores, no está completa como obra de arte. Nocilla Experience pasa a formar parte de la obra plástica, definiendo un espacio de hibridación entre arte y literatura que rebasa los límites tradicionales de la écfrasis.

Un segundo aspecto de hibridación tiene que ver con la disolución de la diferencia entre artes escénicas y artes plásticas, gracias al arte performativo. Se contradice de nuevo el binomio de Lessing (artes espaciales y artes temporales), pues ahora también se considera arte algo como lo que Fernández Mallo nos describe en el capítulo 56: “Wolf Vostell organizó un happening que mostraba la alegoría de un peculiar funeral donde el muerto era la televisión. Durante el sepelio, Vostell envolvió el aparato de televisión en un alambre de espino y lo enterró “vivo” mientras continuaba emitiendo su programación”. Si las artes plásticas poseían la virtud de la permanencia, el arte performativo muere en el directo. Como la acción se hace y se deshace a tiempo real, la obra necesita una disciplina artística para transvasarse: un soporte que puede ser fotografía, video, texto, o cualquier combinación mixta que componga una secuencia que atrape la acción. Como el happening debe tener un resultado vivencial, Nocilla Experience, siendo un libro, no puede reproducirlo como happening, pero sí generar una hibridación con la acción del pasado, convirtiendo la obra artística a soporte literario.

cecilia_vignoloEn la disolución generalizada de las fronteras artísticas de nuestro tiempo, muchas veces nos preguntamos si Fernández Mallo nos habla de arte o simplemente de unas experiencias vitales que toman su apariencia. Una experiencia humana se convierte en literatura cuando es transvasada al interior de una novela, y gracias a ese foco los hechos ordinarios adquieren una mayor significación. Igualmente, las personas de Nocilla Experience realizan acciones y adoptan modos de vida cuya capacidad y forma expresiva es simétrica a la acción artística; como J, que todas las noches pinta lunares sobre los chicles que encuentra en las aceras, o Oskanyan, quien construyó un edificio de 8 plantas por el que deambulan 900 cabezas de ganado porcino. Así se convierte Nocilla Experience en una obra esperanzadora, que habla de la excepcionalidad de la experiencia humana y de quienes, a través de su inquietud por descubrir y expresarse, consiguen salvarse del rodillo igualador de la sociedad contemporánea.

Borges justificó el gusto posmodernista por la metaficción, afirmando que la vida de un escritor podía ser tan apasionante como la de un aventurero. Fernández Mallo lo ampliará a un tipo de agente creativo que logra autorrealizarse en el más profundo anonimato, quizás reflejando algo de sí mismo y de aquellos años que se omiten en la nota biográfica de Alfaguara. En la excepcionalidad de sus modus vivendi, la diversidad de personajes del Proyecto Nocilla contribuye a fundar una visión de la actualidad como paisaje de gran diversidad cultural y humana, donde la superación definitiva de la idea kantiana de genio ha conducido a la democratización definitiva de la creación artística. Algo parecido quiso expresar Tomás Fernando Flores, director de Siglo XXI (Radio 3), cuando dijo: antes hablábamos de los artistas de una generación; ahora hablamos de toda una generación de artistas.

Para relatar la nueva experiencia vital, Fernández Mallo se ha valido de otra comparación: “antes creábamos desde el conocimiento, ahora desde la información”. A la luz de este planteamiento los personajes de Nocilla Experience nos parecen ficcionalizados desde el relato mediático y no desde la literatura, que tiende a desarrollar al personaje hasta conducirlo a un conflicto y su resolución (clímax). F.Mallo, en cambio, compone episodios fragmentarios e inconexos, al modo de los mini-reportajes de la televisión, tratando las historias hasta comprimirlas en piezas de consumo rápido. Por eso el libro parece tener la consistencia de un periódico o un zapping, y no de una novela. Se abren vetas de contenidos que se desarrollan en poco margen hasta pasar al contenido siguiente; como en una navegación de Internet, o en la exploración rápida de un dial FM, recibimos un mosaico de noticias humanas, culturales, artísticas, científicas, etc, cuyo sentido (casi) nunca llega a completarse. El autor renuncia a la atemporalidad de la literatura marmórea y se contagia de la caducidad de la INFO y de la estética del Coolhunter; de ahí que su novela, en cualquier momento, pueda devaluarse. A cambio, ha conseguido transmitirnos algo que muy pocos escritores son capaces de atrapar hoy en día: la actualidad.

MIGUEL ESPIGADO

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