espacio de crítica literaria y cultural

La mirada necesaria: Raúl Quinto. «Grietas» y «Poemas del Cabo de Gata»

In Uncategorized on marzo 2, 2008 at 10:29 pm

GrietasRaúl Quinto nos ofrece en una misma publicación dos títulos, Grietas y Poemas del Cabo de Gata, que a primera vista podrían parecer antitéticos, o por el contrario, complementarios, pero que en realidad poseen una relación mucho más enraizante. Como si de un astrónomo se tratase, plantea una visión de paralaje desde puntos diferenciados, bifurcándose ésta además en dos actividades perceptivas diferentes.

La salida de las grietas en el libro parece estar acompañada por las palabras de Morpheo en Matrix, dándonos la bienvenida “al desierto de lo real”. El poeta nos golpea con sus versos de la misma forma que los aviones golpearon las Torres Gemelas, y hace tambalear el sistema artístico postmoderno que imperaba antes de este hecho.

Tomando lo que de simulacro hay en el mito de la caverna de Platón, podrían entenderse las grietas de este libro como una salida al mundo. Es ésta una acción que se antoja inevitable: la inercia es un río sin líquido ni cauce. Por ello, se abandona un simulacro para nacer a otro nuevo, que ahora es el vasto desierto que ejerce el control sobre las situaciones, en las que un sujeto poético ofuscado se imbrica entre los poemas, sabiéndose ya multiplicado. Esta toma de conciencia se reproduce a través de una serie de imágenes de violencia depurada que transmiten la dificultad del acto vital ante el nuevo panorama, el aire se derrite en los pulmones. Pero de nada le serviría permanecer en ese estado y así el nuevo territorio requiere un avance en su exploración:

«No sirve para nada una ventana

si no te invita al salto ni anticipa

el tacto de las cosas y del aire.»

El reverso del deseo está presente en todo el libro como motor potencial del desarrollo de un nuevo planteamiento con el que enfrentarse al mundo. Ya no estamos ante los desarrollos postmodernos que se enfrentaban al horror, sino que la nueva Realidad nos pide nuevos modos con los que abordar el terror, mezcla de lo siniestro (angustia ante la pérdida del mundo) y lo sublime, que se apoderan en esta combinación de nuestra sociedad (Para una amplia información al respecto: Duque, Félix, Terror tras la postmodernidad, Abada, 2004). Raúl Quinto capta a la perfección esta necesidad y la plasma en poemas con el relieve necesario para erigirse sobre lo más esencial, como obra de arte acorde con su tiempo y con el futuro.

Los Poemas del Cabo de Gata poseen la adjetivización de una mirada sosegada, mucho más acostumbrada a la nueva luz. El poeta observa los deslumbrantes mecanismos y relaciones de la tierra, el mar y el cielo. Todo ello sin perder la voz que caracterizaba los anteriores poemas y ensayando nuevas modulaciones al servicio de una obra sólida y consistente que seguro resiste el paso del tiempo.

Al final del libro ya citado de Felix Duque, se pone de manifiesto una posibilidad futura del fin del simulacro, del fin del terror, cuando “frente a `nosotros’ ya no habrá ningún `vosotros’ y, por ende, no habrá absolutamente nada a lo que podamos llamar nuestro: ni siquiera la muerte, antes tan propia”. Esta derrota del simulacro se plantea en el poema de Quinto “La grieta del uno”, como una especie de vaticinio, un posible camino:

«Un cuerpo no desea desmembrarse

pero cede al empuje

desbocando su límite.

Una fiebre de órganos que huyen

escaleras abajo.

El vértigo vendrá

cuando su dispersión se reconozca

desnuda en los espejos,cuando la realidad

sea nada más que sombra pervertida.»

Tanto Grietas como Poemas del Cabo de Gata comparten una misma atmósfera y solamente quedan separados por la respiración y la regulación de la entrada de la luz, como si de un obturador fotográfico se tratase. El poeta pasa a ser el fotógrafo de las cosas que habitualmente no capta una máquina.

PABLO LÓPEZ CARBALLO

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