THE NIGHT, THE PORCH
To stare at nothing is to learn by heart
what all of us will be swept into, and barring oneself
to the wind is feeling the ungraspable somewhere close by.
Trees can sway or be still. Day or night can be what they wish.
Whate we desire, more than a season or wheather, is a comfort
of being strangers, at least to ourselves…
Mark Strand.
Todos los suplementos culturales o secciones periodísticas -dedicadas a la homónima parcela- reseñan o mencionan estos días el último libro de Manuel Vilas. Lo elogian por su carácter renovador, su ingenio estructural y el atractivo de su prosa. Todo esto es cierto, aunque una vez más hemos tenido que esperar a que el autor publicara en una gran editorial para que la crítica se refiriera a ello. Estas características ya estaban en Zeta, Magia y España (“dopplegänger” de Aire Nuestro), y además pueden ser igualmente aplicadas a sus poemarios, pero parece que es el sello editorial el que nos abre los ojos -y otros sentidos- al buen gusto literario (algún lector avispado no renunciará a pensar que la palabra DVD aparece en más de cuatro ocasiones de manera poco casual…)
De hecho en Aire Nuestro los temas son los mismos: el problema de la identidad, la tradición literaria nacional, las interferencias culturales, la economía y la política globalizada, la ciudad, etc. También el formato es similar: narraciones breves conectadas por una historia en común (la de un revolucionario canal de televisión, en este caso). Incluso hasta el autor es igual. Y esto último, siempre que no tengamos en cuenta las palabras que el narrador de «carta al hijo» le dedica al escritor de Aire Nuestro, ya que según éste, escribir sobre uno mismo conduce a que el individuo se convierta en algo parecido al célebre personaje de Italo Calvino: un conde demediado. Lee el resto de esta entrada »