espacio de crítica literaria y cultural

Agustín Fernández Mallo & «Nocilla Experience» (1.0)

In Agustín Fernández Mallo, Uncategorized on marzo 9, 2008 at 9:12 pm

cablesEn la década de los 70, un profesor de la universidad de Tel-Aviv llamado Itamar Even Zohar dijo cosas como que la literatura conforma un sistema de elementos relacionados, donde hay un estrato central (centro) y otro periférico (la periferia), y que los elementos de la periferia pueden desplazarse hacia el centro o viceversa. Fue la suya una formulación afortunada para explicar un fenómeno que ha ocupado a sesudos filósofos de la literatura durante la última mitad del siglo XX, casi todos ellos gente de clima frío, tipos con serios bigotes. Más de uno hubiera cambiado una botella de buen vodka por echarle el guante a un caso tan paradigmático como el resultante del proyecto Nocilla.

Sería largo explicar como Nocilla Dream, una novela varias veces rechazada antes de llegar a la editorial Candaya, fue abriéndose camino hasta convencer por sí misma a sectores conservadores de la crítica y el público. Por primera vez en mucho tiempo, una novela desafiaba con éxito el canon del panorama editorial, desencadenando un efecto mediático que ha servido para arrojar luz sobre una escena habitada por numerosos escritores periféricos. Otro hito ha tenido lugar el pasado 5 de marzo, cuando Nocilla Experience, segundo volumen del Proyecto Nocilla, salió a la venta propulsado por una intensa campaña de Marketing apoyada desde medios asociados a Alfaguara, a la que se han sumado numerosos artículos, noticias y entrevistas que otros medios están publicando en estos días. Culmina así un fascinante viaje de la periferia al centro, desde los discretos foros de la cultura independiente a las grandes marquesinas de los mass media. A sus primeros defensores les resultará difícil reprimir una dulce sensación de revancha.

A Nocilla Experience le espera un algodonado aterrizaje. Muchas de sus batallas ya las ganó Nocilla Dream, que logró el reconocimiento a la audaz propuesta estética de todo el proyecto. Ambas novelas, junto con Nocilla Lab, han sido concebidas como una obra unitaria a pesar de su publicación escalonada, y de ahí que se defiendan mutuamente. Por eso recurrir a la hemeroteca para entender la última secuela no es una mala idea; la más completa imaginable sobre Nocilla Dream la colgó la Ed.Candaya en su página Web. Pero aún así Nocilla Experience funciona de forma independiente y algunas de las diferencias con su predecesora son bastante relevantes. Mientras la primera se estructuraba a partir de un centro o imagen (el desierto de Nevada), la segunda halla su leit motiv en un lema que encabeza la contraportada: “el mundo se rige por el azar de un parchís, no por las mecánicas leyes del ajedrez”. La frase bien sirve como paráfrasis de la célebre respuesta de Stephen Hawking a la sentencia de Einstein “Dios no juega a los dados con el universo”. El Dr Hawking repuso «Dios no solo juega los dados con el universo, sino que a veces los arroja donde no podemos verlos».

sableEl popular diálogo entre genios ilustra bien el cambio de mentalidad que propició la inauguración de lo que Fernández Mallo, en su seminal artículo Hacia un nuevo paradigma: poesía postpoética, ha titulado ciencia posmoderna. Ahí sentenció: “el científico ha asumido que el modelo determinista, la verdad exterior al hombre que la ciencia debía encontrar, por utópica, es falsa: otro gran relato”. De una nueva cosmovisión científica, prosigue F.Mallo, es posible extraer una nueva estética literaria: la postpoética, cuya plasmación en el terreno de la narrativa se ha intentado materializar con el Proyecto Nocilla. De ahí que F.Mallo haya prescindido del desarrollo narrativo típico de la novela canónica, creando una red discontinua de textos en clara oposición a las versiones discursivas de los grandes metarrelatos, (entre los que también se cuenta la ciencia clásica ). Frente a los que tratan de construir una historia, la fragmentación nocilla deconstruye la mera posibilidad de Historia, y nos arroja una sucesión de informaciones inconexas que se interrumpen y generan significado a través de la interferencia. Sin acumulación ni desarrollo, el relato no conoce la tensión dramática, ni clímax, como tampoco conoce un centro. Juan Francisco Ferré ya dejó dicho de Nocilla Dream: “No se dejen engañar, en consecuencia, por el orden numérico del libro. Empiecen a leer por cualquier parte (…) Las combinaciones son inagotables”. Lamentablemente, el final de Nocilla Experience desmiente un poco este audaz planteamiento. Hay menos personajes y varias historias acaban cerrándose, dotando al libro de una dirección de lectura que sin duda aliviará al “lector hembra”, pero que resta radicalidad a la propuesta. Es como si Nocilla Experience, en su final, se conformara con ser un libro, un artefacto con principio y final, mientras que Nocilla Dream en ningún momento cejaba en su intento de sobrepasar los límites del formato.

La postpoética de Fernández Mallo también ha de entenderse como una voluntad de volver permeable la literatura a la influencia del desarrollo tecnológico, tal y como ha ocurrido con el resto de las artes. Para solventar esa carencia se han incluido en Nocilla Experience numerosos contenidos que sobrepasan sobradamente el habitual espectro humanístico al que suele restringirse la literatura. Si por cultura hasta hace poco se ha entendido solo aquello que se enseñaba en las facultades de letras, para esta nueva novela el concepto de cultura se amplia hasta abarcar todo aquello que llamamos segunda evolución. No existe limitación ni jerarquización alguna, sino una diversidad que cancela los viejos compartimentos estancos en que constreñíamos el conocimiento, y por contraste pone en evidencia el ensimismamiento en que se halla sumida la otra literatura posmoderna. De tener que resaltar una de las muchas referencias que incluye F.Mallo, yo pondría el acento en la relación especial que el autor mantiene con lo inorgánico. Pocas (o nulas) veces la narrativa se ha ocupado de trabajar con la materia, necesitada como está de voces, acciones humanas, personajes. El arte plástico, en cambio, reflexiona necesariamente sobre lo inerte en cuanto pierde toda la figuración, e incluso la poesía, mientras no defina una acción sino el status de algo inanimado, aprehende algo anti-humano. No han sido literatos, sino científicos, quienes escribieron los grandes relatos de este orden; los geólogos, los historiadores del universo, los físicos; generaciones de discursos que F.Mallo transplanta al interior de la novela, ganando para la literatura materia casi inédita.

El procedimiento utilizado por Fernández Mallo ya fue explorado por las vanguardias estéticas de principios del siglo XX, y concretamente por Marcel Duchamp y sus ready mades u objetos encontrados. duchampIgual que Duchamp hundió sus manos en la basura hasta colocar un urinario en un museo, F.Mallo bucea en el magma textual, cutting and pasting, hasta crear literatura mediante la reubicación de un material inicialmente no artístico en un contexto de recepción artística como es la novela. El mismo autor se ha declarado “apropiacionista”, utilizando el término que con que la crítica posmodernista designa una práctica, cuyo objetivo principal, según Juan Martín Prada, “es la crítica de los modos de institucionalización y recepción de la obra artística, así como de los procesos de neutralización de su valor crítico social”. Además, a pesar de que la obra periférica triunfa en su reivindicación estética y se desplaza hacia el centro, el apropiacionismo no pierde su dimensión reivindicativa, pues en su naturaleza está la contradicción de criticar el sistema desde dentro del sistema. Un dato curioso: Fernández Mallo incurrió también en un apropiacionismo involuntario, que el mismo se encarga de desvelar al final de su novela, cuando reconoce las similitudes entre uno de sus personajes, que cuelga fórmulas matemáticas en una cuerda de la ropa, y otro personaje, este de la novela 2666, de Roberto Bolaño, que hace algo semejante. Una cita esclarecedora de 2666 es la que sigue: “¿De qué trata el experimento?, dijo Rosa. ¿Qué experimento?, dijo Amalfitano. El del libro colgado, dijo Rosa. No es ningún experimento, en el sentido literal de la palabra, dijo Amalfitano. ¿Por qué está allí?, dijo Rosa. Se me ocurrió de repente, dijo Amalfitano, la idea es de Duchamp, dejar un libro de geometría colgado a la intemperie para ver si aprende cuatro cosas de la vida real. Lo vas a destrozar, dijo Rosa. Yo no, dijo Amalfitano, la naturaleza”. Por tanto, Duchamp realizó uno de sus ready mades con un libro de geometría; Amalfitano realizó un apropiacionismo de la obra de Duchamp; y F.Mallo a su vez se apropia involuntariamente del texto de Roberto Bolaño. Definitivamente, los dados ruedan que da gusto.

Mediante el entrecruzamiento de lo postpoético y los procedimientos de vanguardia, Nocilla Experience evoca la poderosa imagen estética de un nuevo mundo que Vicente Luis Mora ya teorizó como Pangea. Con Agustín Fernández Mallo hemos superado definitivamente el locus amoenus: su sensibilidad poética no busca la naturaleza, ni tampoco al hombre en su esencia, en tanto que una y otro hoy se hallan recubiertos de una corteza artificial que modifica completamente la percepción del entorno. Y según la ficción: “Fue precisamente el viejo Arkadi quien, en una de esas excursiones, mientras el resto encendía el fuego para asar patatas y panceta, se tumbó a dormir en un lugar un poco apartado, sobre unos matorrales de una especie catalogada como protegida, y cuando despertó notó algo duro bajo su cabeza. Apartó las ramas con torpeza y encontró la carátula de un disco. Era el Sargent Pepper´s Lonely Hearts Club Band en no muy buen estado.” (NE,75). Hasta el propio binomio natural-artificial trata de ser difuminado por un percebeiro que experimenta con discos duros y percebes para dar con la informatina: “pura química de información con ADN propio”. (NE, 73).

A través de Nocilla Experience conoceremos nuevos centros de significación poética –como antaño fueron el mar o los astros celestes- basados en el actual orden artificial. Si se ha hablado de la complejidad de la escala humana (el paisaje a nosotros nos parece más esquemático a escala atómica y astronómica, pero cobra extraordinaria complejidad a nuestra escala) el paisaje recurrente en el Proyecto Nocilla será el paisaje euclidiano y simplificado, un modelo teórico donde toman forma unos pocos elementos igual que las mallas del entorno 3D tipo Second Life. En la soledad del espacio vacío surgen formas totémicas como la Pirámide del Parchís, teorizaciones arquitectónicas como la Torre para Suicidas, edificios cuadrados habitados por cerdos, que recuerdan a la forma en que Dalí plasmaba en el espacio sus ensoñaciones. Se establecen así lugares aislados aparentemente, en realidad unidos por La Red. Y no hay mayor imagen en el Proyecto Nocilla: La individualidad de un nodo en el espacio vacío, unido a otros nodos a través de una red que toma mil formas y apariencias (un hormiguero, un oleoducto, una autopista francesa). Quizás solo ahora hemos comenzado a comprender -aunque artistas como Fernández Mallo y Vicente Luis Mora llevan tiempo trabajando en ello- hasta qué punto la nueva poética nos servirá para interiorizar sensiblemente el orden artificial en el que de hecho vivimos, relacionándonos estéticamente y creando una experiencia sensible con lo artificial, igual que antaño los poetas, a través del, nos relacionaron con la naturaleza.

dali

(Continuará)

MIGUEL ESPIGADO

  1. Buena manera de definir la novela. Ya la he leído y sigue la línea de ND. viva el SR CHINARRO.

  2. Justo hace apenas un par de horas lo estaba comentando vía gtalk… exactamente partiendo de la misma premisa: La teoría de los polisistemas (y mira que la gente dice que ya no «están de moda»). El mayor mérito de Nocilla (además de su valor literario, etc.) es que ha pasado de la periferia al centro del canon literario, redefiniendo los límites de la novela (?) y poniendo en un serio compromiso a los teóricos, ya que ahora «se abre la veda».

    Saludos… desde este otro lado.

  3. Sí, y por cierto, ojalá Nocilla Experience funcione como un Troyano por donde se cuelen otras muchas obras que desestabilicen la estética dominante. Un abrazo

  4. Respecto a la frase de Einstein sobre los dados, la respuesta célebre es la del verdadero genio Niels Bohr que a diferencia del publicitado y falto de talento Hawking sí que conoció en persona a Einstein y se la espetó en tiempo real: «Einstein, deje de decirle a Dios lo que tiene que hacer» evidentemente una frase genial no como la del imberbe pop que se pretende pasar como genio de la física ante la falta de ellos en el mundo actual. Está claro que ya no somos aristotélicos por consiguiente no existe un generación nocilla (usar ese nombre además es un anacronismo que no hace más que perpetuar la estética pop ya obsoleta) sino como se dice en este blog toda una generación de artistas «troyanos» que ya están ahí y sólo falta que pongamos el culo para aparecer en los púlpitos del poder y ser reconocidos como apocalípticos e integrados.

  5. He encontrado este articulo buscando algo de Mallo y de felicitarte, porque puedo leer cosas que habia pensado y aunque no comparto todas, me parece una genial revisión…felicidades!!

  6. Muchas gracias, R.Torre, siéntete en Afterpost como en tu casa. Un fuerte saludo.

    Miguel Espigado

  7. Como puede tener lños derechos Alfaguara…
    Pero mira que no me gusta nada la edición, el tamaño, formato…
    En fín, ese es el problema… 🙂

  8. Hola Oscar, bienvenido. Al final lo importante es el contenido. Alfaguara como cualquier editorial grande tiene aciertos y grandes-pobres novelas. En este caso hay que aplaudir que esta novela goce de tanta difusión pero sin olvidar que fue Candaya (acaba de sacar Órbita de Miguel Serrano Larraz, está muy bien) quien le dio opción a publicar su primera novela. Vilas y Jose Maria pérez Álvarez también publicarán sus novelas con Alfaguara pero siempre el mérito será de Sergio Gaspar, que apostó por ellos cuando era dificil hacerlo.
    El formato ya es otro asunto, para gustos… pero acaba compensando la distribución, la visibilidad, etc.
    Un saludo Oscar, pásate por aquí cuando quieras, Afterpost es tu casa.

  9. Hay una diferencia entre SER y ESTAR. «Los nocilla» ESTÁN, pero no con la presencia de un cetáceo sino de una rémora que viene con fecha de caducidad, como casi todo lo que se compra en este supermercado que hemos montado.

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